Esta corriente basada en el estudio de avances en etología, psicología y neurología del español Carlos Alfonso López García, fue reflejado en el libro “Adiestramiento canino cognitivo-emocional” tras una década de trabajos y estudios. Ésta tiene como centro de sus investigaciones y técnicas de adiestramiento el entendimiento en sí mismo del comando que se le da al perro. No se busca una respuesta conductista, es decir, frente a un estímulo (ya sea negativo o positivo), sino que se busca que el perro comprenda cuál debe ser el comportamiento adecuado que debe tener para tener una vida más feliz y tranquila.

Si enseñamos al perro a base del bloqueo propio del adiestramiento tradicional (conducta inadecuada – refuerzo negativo – bloqueo del perro – escape), le mostramos que la salida para ese bloqueo realmente ya viene predeterminada (sólo con el escape del comportamiento adecuado, el refuerzo negativo no persistirá) y por lo tanto nada de lo que él haga por propia iniciativa tiene validez. Este hecho influirá en el perro de tal manera que sesgará su capacidad de aprender en una situación nueva.
Deja por tanto de existir el comportamiento robótico del perro para desembocar en un entendimiento de la intención del guía que le proporciona un instinto mayor, basado en el conocimiento, sobre cómo actuar en situaciones conocidas pero también en situaciones nuevas.

Fases

El adiestramiento congitivo-emocional se divide en las siguientes fases:

Aprendizaje

Aprenderá la acción que se le va a solicitar. Se divide en:

• Aprendizaje mecánico: basado en el condicionamiento operante (repetición de conductas con consecuencias positivas en favor de la repetición de conductas con consecuencias negativas). Sus objetivos son que el perro asocie un buen estado emocional al adiestramiento, que asocie el comando con la acción, se deje guiar y finalmente se le de un comando de liberación.
• Aprendizaje compresivo: basado en la resolución de problemas, los objetivos son la comprensión del ejercicio planteado como un problema, implicación proactiva del perro e introducción del comando “no”.

Integración social

Esta fase tiene como pilar principal el afecto hacia el perro y el condicionamiento clásico. Aquí se busca un estado emocional adecuado para desarrollar la acción “en sociedad”. Se le debe dar al perro una actividad muy positiva tras la sesión de entrenamiento, como por ejemplo jugar con una pelota.

Aprendizaje experto

Durante la última fase del adiestramiento cognitivo-emocional el perro deberá solucionar problemas y será guiado por el condicionamiento operante y por el afecto del guía. El objetivo principal de esta etapa es conseguir la implicación del perro en el trabajo y fijar la responsabilidad de éste resolviendo situaciones junto al guía.