Popularmente se piensa que las perras y perros de terapia (Intervenciones Asistidas con Animales) son aquellos cariñosos y que aguantan lo que les echen (¡son tan buenos!)… Para encontrar perras o perros que se conviertan en nuestros compis en las sesiones de IAA, buscamos perfiles muy concretos y no todo es adecuado cuando hablamos de profesionalizar nuestro sector. ¡Te cuento algunos mitos y muchas verdades sobre las características de una perra de terapia!
Primero, el mito: los perros de terapia no «aguantan todo»
Vamos a comenzar por lo primero, y es desmentir que los perros de terapia deban aguantar lo que les echen. Esto es completamente falso. Las perras y perros de IAA no deben someterse situaciones que les sean desagradables. Para ello, profesionales con formación específica como Técnicos/as en Intervenciones Asistidas con Animales velan por su bienestar y evalúan durante toda la sesión (en realidad, antes, durante y después de las sesiones) el bienestar del animal.
Durante la realización de pruebas de evaluación de los perros, probamos momentos incómodos para valorar sus reacciones, en caso de que haya un error o percance inesperado en la sesión real y no podamos evitarlo. Que lo probemos y valoremos, no significa en ningún caso que tenga que ocurrir. Sin embargo, estas pruebas nos permiten mantener a las personas beneficiarias a salvo de reacciones de defensa de los animales, puesto que escogeremos a aquellos que muestran su disconformidad con señales no agresivas o peligrosas.
Características de una perra de terapia
Muchas personas nos llaman para formarse e informarse sobre la posibilidad de que su perrete pueda formar parte de nuestro equipo de intervenciones asistidas con perros. Habitualmente ven características que son deseables en nuestros compis, como la sensibilidad o el cariño. Muchas de estas personas se frustran e incluso se enfadan con nosotras cuando, al comenzar a preguntarles por otras características, les indicamos que en principio no encajaría con los perfiles adecuados para que puedan llevarle a sesiones, una vez hayan realizado su formación como Técnicos/as.
A continuación voy a detallar las características que buscamos en estos perretes, y cuál es la importancia que les damos:
Sensibilidad
Efectivamente la sensibilidad de los perros juega un papel muy importante. La capacidad de detectar los estados de ánimo de las personas usuarias y dar una respuesta espontánea de apoyo o acompañamiento, es la que hace que, independientemente de los años que llevemos en esto, se nos erice la piel y quedemos emocionadas. Eso también los perciben las beneficiarias y es la base del trabajo emocional y vincular.
Buena educación
Entrenamos a nuestros perretes en comportamientos básicos para una respuesta a señales concretas: venir, tumbarse, permanecer inmóvil… Poder contar con la confianza que nos da que estén pendientes de nosotras en sesión, armoniza nuestro trabajo y aporta seguridad tanto a las perras de IAA como a las personas usuarias de nuestros programas.
Equilibrio y autocontrol
Se puede conseguir con entrenamiento y educación canina, pero lo pongo en otro apartado porque no tiene por qué tenerse en cuenta en la «buena educación». Y es necesario. El autocontrol permitirá que las sesiones no estén bañadas en comida canina o llevadas a cabo con correa, por ejemplo. Y el equilibrio ayuda en la toma de decisiones del perro ante situaciones imprevistas o estresantes.
Habilidades y trucos caninos
Soy una entusiasta en las habilidades y los trucos caninos, y me lo paso realmente bien con mis perras y otras especies animales cuando lo practico. Me encanta y establezco una relación vincular extraordinaria, además de fomentar el desarrollo cognitivo (¡de mis animales y el mío propio!). Pero en las sesiones de Intervenciones Asistidas con Perros no es una característica fundamental. Con frecuencia con un cobro y unas permanencias es más que suficiente. Sin embargo, llevar de vez en cuando algún truco canino, puede dar un golpe de efecto muy positivo. No es, no obstante, algo necesario, y sin embargo las personas aún no formadas es a lo que más importancia le dan. ¡Pero no realizamos espectáculos! Hacemos terapias o educación asistida con perros con unos objetivos concretos. Si la habilidad tiene sentido dentro de estos objetivos, bienvenida sea.
Placer por el contacto diverso
El placer por el contacto diverso no significa que le gusta que le toque su familia en el sofá de casa mientras veis la tele. Significa que goza con caricias y mimos de distinta índole, de personas diferentes, conocidas o no, y casi en cualquier momento. A las personas que se benefician de nuestros programas, ¡les gustan los perros! Y su deseo de acariciarlos es comprensible. Con frecuencia ese contacto es más restrictivo para la movilidad del perro, más fuerte o incómodo… diferente a lo que conoce. Una perra que no quiere mimos de gente que aún no conoce, supone de entrada una barrera innecesaria. Y además, ¿por qué someter a ese perrete a algo con lo que no disfruta?
En otras ocasiones hablamos de contacto visual. Mucha s veces las miradas son duras, perdidas, intensas… y los perretes deben reconocerlas como no amenazantes y hacer una buena lectura de las mismas.
Socialibidad con personas
De la misma manera, una perra que evita a las personas o son siempre su última opción, no encajaría con el perfil. Hay muchos perros que simplemente no están interesados en la gente. Disfrutan con otros perros o de su soledad sin visitas, y siempre que sean equilibrados, todo estará bien. Sin embargo no tiene mucho sentido que vengan a un lugar donde deben estar interactuando con personas. A lo mejor no les desagrada, pero simplemente no les causa beneficio. Eso, además, se nota en las sesiones. Por eso un perrete que adora a las personas en todo momento y condición, siempre resulta interesante de evaluar.
Alta resiliencia y flexibilidad cognitiva
La resiliencia es la capacidad de nuestra perra o perro para recuperarse de algo que le ha incomodado o dado miedo. Dentro de una sesión puede haber multitud de factores que pueden sobresaltar a nuestro perro, desde algo que se cae hasta ruidos del exterior o aparición de personas con manipulaciones no convencionales u opresivas. Los perros que permanecen asustados o «dándole vueltas» a esas situaciones puntuales, tienen baja resiliencia. Sin embargo, aquéllos que evalúan y determinan que no hay por qué preocuparse en pocos segundos, tienen una resiliencia elevada, adecuada para este tipo de actividades.
La flexibilidad cognitiva es la capacidad para cambiar de forma de pensar o actuar en situaciones diferentes o similares, y eso es precisamente lo que necesitamos en nuestras perras y perro de terapia: cambios de proyectos y programas, cambios de personas usuarias y de tipos de sesiones. Además, la toma de decisiones es muy importante para nosotras, y esa flexibilidad cognitiva que buscamos nos permite confiar en que la respuesta va a ser idónea.
Salud y bienestar
Este apartado es innegociable. Una perra que esté sufriendo dolor, que tenga una edad avanzada y se canse o que esté pasando por algún proceso traumático o inestable, no debería venir a las sesiones. Esto es algo temporal normalmente (excepto la edad, claro…) pero es una característica de una perra de terapia a tener siempre presente. Las sesiones y las personas usuarias no están por encima de la salud o el bienestar de nuestros perros. Aquí incluyo por supuesto el detallado protocolo veterinario, incluido el protocolo de zoonisis canina, que se debe llevar a cabo antes de trabajar con personas, y más aún si son vulnerables por motivos de salud.
¿Tu perrete podría ser un perro de terapia?
Para comprender realmente lo que implica ser una perra o perro de terapia, es esencial deshacerse de mitos que puedan afectar su bienestar y eficacia en las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA). Los perros de terapia son seres con necesidades y limitaciones, y solo aquellos que reúnen características específicas pueden llevar a cabo este rol tan especial. En Sentido Animal, trabajamos cada día para garantizar que nuestras compañeras caninas reciban el respeto y el cuidado que merecen, además de brindar un apoyo significativo a quienes participan en nuestras sesiones.
Si tienes interés en saber más o incluso en que tu perrete sea parte de un equipo de terapia, te invitamos a ponerte en contacto con nosotras. Juntas, podemos ayudarte a descubrir si tu peludo tiene el perfil adecuado y cómo puedes formarte para trabajar en este campo tan especial y enriquecedor.
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