Me resulta imposible cambiar de año sin echar un poquito la vista atrás (un poquito, no demasiado…) y pensar en lo que me deparará 2016 (un poquito… tampoco demasiado).

Veo en 2015 cantidad de maravillosas experiencias rodeada de maravillosas compañías; unas que se han ido fortaleciendo y afianzando, otras nuevas con las que da gusto compartir ilusiones y entrenamientos, algunas emergidas como una agradable sorpresa…

He de decir que me siento satisfecha con el transcurso de un año 2015 que ha estado repleto de actividades, ilusiones, avances, aprendizajes… ¡ha sido un año realmente completo!

Me conmueve sentir que los deseos para el año 2015 se han cumplido, sin siquiera estar muy pendiente de ellos durante el año… Es estremecedor constatar que la ilusión, lejos de pasar de largo, se ha instalado en mi día a día ayudándome a seguir buscando las respuestas a preguntas cada vez más complejas.

¿Y qué deseo para 2016? Que este sueño no termine… porque pese a sus dificultades y sus dudas, mi vida pasa por ser un magnífico sueño sacado de los mejores cuentos de hadas, haciendo balance. Sólo eso… que si tiene que terminar en algún momento, me deje 2016 para continuar saboreando la dulzura de vivir enamorada de una profesión que me da tantos y tantos momentos inolvidables, cómo no, de la mano de mi compañero incansable y mis 3 peludas que son los cimientos de este mundo de colores en el que vivo.

Y con la mochila cargada de energía, os deseo a todos, aunque sea, un cachito de la felicidad que siento, con la que podáis afrontar las dudas y los malos momentos, si llegan, pero sobretodo para que sepáis disfrutar aquéllos que hacen que la vida tenga sentido.

Gracias a los que habéis hecho posible un gran año de 2015, cada cual en su medida, con su granito de arena o con una gran montaña.

¡Nos vemos en 2016!