5 años y 2 de ellos a mi lado… ¡qué decisión más maravillosa haberte incluido en nuestra familia!
Me emociona pensar el camino que has abierto en mi vida, la de experiencias magníficas y sobrecogedoras por las que hemos pasado juntas. Porque eres una perra muy especial y eso lo nota cualquier persona que esté a tu lado, que te conozca, que pueda ver en tu interior la sensibilidad con la que te acercas a quienes lo necesitan.
No hace aún los dos años que te conocí, y es complicado imaginar mi camino sin ti, sin tu energía, sin tu eterna sonrisa, sin tus «no importa», o tus «quiéreme y no me abandones, y yo te seguiré hasta donde me pidas».
Sin saber nada, ni siquiera atender a una señal de sentado, el desasosiego y la imposibilidad de estar con personas hacían mella en ti cada día. Pero esos tiempos pasaron y ahora con tu familia se te ve feliz, pinchando a Noa e intentando comprender su juego sin resultar demasiado enfática, admirando a Neska e intentando mantener siempre su confianza, haciéndote un hueco entre tanto halago a tus hermanas, y dispuesta a controlar tus impulsos y seguir disfrutando de la vida.
Siguiendo fiel a mis principios, sabiendo que un perro adoptado no tiene más o menos «capacidades» ni es más o menos «apto» que cualquier otro con apellidos, estoy orgullosa del trabajo que hemos hecho juntas para demostrarnos que en efecto, podíamos con los «¿crees que es buena idea?«. Vaya equipo pequeña, vaya equipo. Sin duda el mejor que podríamos ser.
No me canso de abrazarte, de decirte lo mucho que te quiero, de disfrutar con tus ocurrencias y de observar tu preciosa personalidad de la que haces honores.
Y ya tienes un año más… aunque tu carácter de bebé grandote sé que siempre te acompañará.
Gracias por acompañarme en todo este nuevo mundo de experiencias. Gracias por ser la mejor perra de terapia que podía haber imaginado. Gracias por cruzarte en mi camino.
¡Feliz cumpleaños, mi bebé!
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