Los cursos para ser educador/a canino/a proliferan por todas partes. Una vez que estás en el mundillo y conoces personalmente o sigues los pasos de los profesionales que lo imparten, es sencillo separar «el grano de la paja«, pero cuando comienzas a introducirte, es complicado diferenciarlo.
Por eso este artículo no pretende dar soluciones concretas con nombres y apellidos, pero sí aportar algunas pinceladas sobre las que reflexionar antes de dar el paso.