Igual está pregunta te resulta algo extraña… ¿qué se supone que ha debido hacer tan bien para que haya merecido tu felicitación? Vamos, no seas un hueso duro de roer… ¿Nada que se te ocurra?
Pendiente de lo que hace bien
Si te paras a pensar, es posible que se haya puesto nervioso cuando, temprano por la mañana, le has puesto el collar y la correa para salir a la calle, tirando como siempre y sin volver cuando se lo has pedido. Ha terminado con la comida del gato o ha vuelto a destrozar un juguete más, el último que dijiste que le comprarías… Hoy te ha robado comida de la mesa o ha saltado como de costumbre a dos patas manchándote los pantalones justo antes de salir… ¡Nada bueno que felicitar!