En el artículo de hoy, vamos a analizar algunas de las señales de comunicación canina que dos de los perretes que vienen a la escuela de Sentido Animal se dan.
El vídeo está puesto a velocidad normal, y a continuación explicado con una velocidad del 50% para poder osbervarlo mejor.
Lo cierto es que aunque el título de este artículo no es gran cosa, plasma sin embargo exactamente el tema del que quiero hablar hoy,
Y es que va directamente dirigido a esas personas que necesitan ayuda con sus animales, posiblemente son conscientes de cuánto la necesitan, pero no terminan de involucrarse con el entrenamiento que merecen.
Te puede parecer que un perro no te puede enseñar nada, y sinceramente pobre de ti si piensas eso, y es que pensamos firmemente que ellos, los peludos nos enseñan y nos recuerdan cosas de la vida, que por el ritmo de vida, por nuestros horarios, por nuestra deficiente socialización con otras personas, nos olvidamos, y ellos en la sencillez y en las pequeñas cosas nos lo recuerdan, solo tienes que fijarte, y dejarte enseñar, como siempre
decimos… ellos nos dan mucho más de lo que reciben.
Carolina Tenllado10 lecciones de vida que puedes aprender de un perro
Cuando hablamos de humanizar a los perros no deberíamos referirnos a que tengan la posibilidad de dormir en nuestra cama o comer nuestra comida. Humanizarlos es actuar con ellos como si no fueran perros, si no humanos, y aún peor, pensar que eternamente son humanos de muy corta edad, siempre cachorros porque sus juegos y en definitiva su neotenia nos despistan… y además, porque en ocasiones nos encanta pensar que lo son.
Miriam SainzSobreprotección y miedos en los perros
Cuídala, ¡mímala! La señal que uses para llamar a tu perro debería significar un pequeño tesoro que no debes mal utilizar ni tratar de cualquier forma. Como ya hemos estado viendo, la llamada juega un papel fundamental en nuestro día a día con el perro.
Única y diferenciada
Asegúrate de que tu señal esté tan diferenciada como puedas. Escoge un sonido y un tono únicos para pedirle a tu perro que venga a tu lado.
Evita utilizarla para cualquier otra cosa que no sea exactamente el comportamiento que quieres que ocurra cuando la utilices.
Ya he hablado en alguna ocasión de esto, pero como es algo que veo con frecuencia, a veces de manera tácita y otras disfrazada entre palabras algo más amables, hoy me voy a poner a escribir sobre ello.
Antes de adoptar
Elegir a un perrete de una protectora es sólo el comienzo de un largo camino que durará – o debería – el resto de la vida del peludo.
Sí, pensar en un zoo me revuelve el estómago. Y sí, tener la oportunidad de entrenar con diferentes especies para mejorar su bienestar me transporta a un nivel de plenitud de difícil comparación.
Soy consciente de que pasar los minutos observando, valorando, esperando, cargados de paciencia para dar el tiempo y el espacio necesarios, para reforzar, tal vez, un diminuto movimiento encaminado a conseguir un complejo comportamiento, es un entusiasmo difícil de transmitir más allá de las paredes que rodean a los entrenadores de animales. Y sin embargo se siente tan a flor de piel que la mayoría de las veces cuesta reprimir las palabras para gritarlo a los cuatro vientos.
No sé las veces que he podido escribir sobre esto ni las que he debatido en base a este tema ya… Pero a veces, como en un ciclo sin fin, vuelvo a encontrarme a orgullosos del entrenamiento por las bravas. ¡Ignorantes!
Y es que me es indiferente si hace años que un «profesional de la fuerza» ejerce esta profesión o si sólo lleva unos pocos días jugando a ser el macho alfa con los perros que se encuentra. Me da igual si de morder a las personas un perro ha pasado a la sumisión por pánico (no, de hecho, no me da igual; me da bastante pena) o si ha aprendido a evitar el dolor (¡o el miedo!) corriendo como un galgo a la llamada. El fin nunca justifica los medios, pero es que además hay más caminos para llegar a un mismo fin. ¡El camino del respeto!
Miriam SainzLa ignorancia de entrenar por la fuerza
Ya comenté en un artículo anterior general sobre el cachorro que el período neonatal abarca de los 0 a los 13 días, es decir, justo después de nacer y tan sólo unos poquitos días más.