«Sólo» un juego… ¡con lo importante que es jugar! Más bien, la frase correcta es «el adiestramiento es, ni más ni menos, un juego«. Y cómo cambian las formas y los conceptos cuando realmente nos disponemos a jugar con nuestro peludo en vez de disponernos a adiestrarlo… Normas, normas, normas… obligaciones, frustraciones, falta de tiempo… ¡el adiestramiento termina dando más dolores de cabeza que las matemáticas! 😉
Bienestar y diversión
«¿Por qué entrenamos?» Y aunque varias son las respuestas, con dos únicas palabras se consigue englobar todo: por el bienestar animal. Y bajo esta premisa tremendamente amplia pero igualmente precisa, todo el tipo de entrenamiento que hacemos cobra sentido.
Si el entrenamiento se realiza por el bienestar animal, no tiene ningún fundamento que no nos divirtamos haciéndolo, y mucho menos que nuestros animales no se diviertan con ello.
Cuando jugamos a algo estamos pasando un buen rato, y cuando dejamos de pasarlo bien es el momento de dejar de jugar, ¿verdad? Pero parece que con el entrenamiento tenemos a veces la imperiosa necesidad de continuar, a pesar de que ya no tengamos ganas ni las cosas claras, a pesar de que nuestro perro nos haya dado suficientes muestras de cansancio o poco interés.
No me imagino echando una partida de cartas hablando con desdén a quien tengo delante o jugando a un videojuego de estrategia con alguien con quien no comparto una misma visión del juego. ¡Así no hay quien se divierta! Piénsalo, ¿cómo es el momento en el que dedicas un rato a tu perrete para ponerte con su adiestramiento?
Reglas del juego
Más arriba hablaba de normas y obligaciones. ¿Es que acaso en los juegos no hay instrucciones? Por supuesto, y el juego se hace en base a unas normas que todo el mundo conoce. Sin embargo con frecuencia somos nosotros los que establecemos y cambiamos esas normas durante el entrenamiento, y con bastante frecuencia nuestros perros no saben cuáles son. No saben qué queremos que hagan, bien porque las cambiamos y no somos precisos con lo que vamos a reforzar, bien porque intentamos avanzar demasiado rápido porque determinamos que el perro ya tiene que tener la lección aprendida.
El juego del entrenamiento es un juego de equipo, no un uno contra uno. Es el equipo el que avanza y se divierte junto, sin egos individuales enfrentados cara a cara para ver quién es el más poderoso, el más listo o el que más sabe. Es la coordinación y la comunicación constante la que hacen que el equipo sea fuerte y pueda pasar de nivel en nivel…
Diferentes niveles
¡El entrenamiento da para mucho! Tanto los que quieren echar unos juegos de vez en cuando, haciendo que el perro entienda cuáles son las normas para estar en nuestra sociedad, como para los que se entusiasman en pasar pantallas en el juego de educar y adiestrar al perro, tienen niveles más y más avanzados para no cansarse nunca de investigar y permitir ampliarlo hasta donde la imaginación les guíe. ¡Eso es lo más divertido!
Los únicos límites los ponen el respeto y la necesidad de tener la plena confianza de los dos participantes del equipo.
No olvides nunca que la coacción y la mala educación harían que dejaras de jugar hasta con tu mejor amigo… ¿por qué no va a ser lo mismo cuando entrenas con el que es tu mejor amigo de cuatro patas?
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