Tener un perro al que educamos de manera respetuosa no debe llevarnos a la inacción cuando su comportamiento no es apropiado, sólo por la idea de no estresar, frustrar e incluso llevarle la contraria al animal.
A veces ocurre que la gente piensa que si enseñamos sin golpes, gritos, faltas de respeto o amenazas a un animal, éste hará lo que le parezca oportuno en cada momento. Y así es… si no le ponemos remedio.