Cuando ya hemos conseguido sacar el tiempo suficiente para nuestro perro, es hora de ponerse una capa de paciencia que nos permita darle al perro su espacio y su tiempo para poder trabajar con él. Y esto es importante porque sin la paciencia necesaria no podremos fomentar que el perro investigue, pruebe y finalmente aprenda.
modificación de conducta
Nunca digas NO
Este verano he podido disfrutar, no sin terminar agotada, de un curso magnífico de modificación de conducta de Animal Nature, impartido por Carlos Bueren.
Sumergida en el adiestramiento en positivo y comentando un ejercicio concreto, llegó la pregunta: «¿Es que tú nunca regañas a tus perros?» Y tras unos segundos, Carlos respondió: «No».
Las claves del éxito (I): Tiempo
El trabajo con animales requiere tener concentración y adquirir las habilidades necesarias que te permitan interactuar con ellos y llegar a un buen nivel de entendimiento mutuo. Para poder lograr todo esto es necesario tener tiempo, paciencia y constancia.
Efectivamente necesitas dedicarles TIEMPO, esa palabra que hace que a muchas personas les recorra un escalofrío por el cuerpo. Si no tienes tiempo para dedicarle a tu perro, es mejor que vayas pensando en otra cosa… Sin tiempo no podrás disfrutar de él ni aprender su lenguaje o hacer que aprenda el tuyo.
El mayor de los motivos de ser adiestradora canina
Parándome a pensar el verdadero motivo que me lleva a entrenar a perretes, que son muchos y muy variados, si tuviera que destacar solamente uno de entre todos ellos, creo que podría ser devolver a los humanos con los que convive la ilusión que tuvieron al comenzar a compartir su vida con un peludo, y que tras la impotencia, la desesperación, la rabia, los enfados, la frustración de ver cómo aquel sueño se tornaba en un problema continuo, han perdido.
Enseñar moviendo el rabo
Sí, sí, el rabo lo mueve el perro, pero si alguna vez habéis tenido la experiencia de educar a un perro, convendréis conmigo en que la sensación más placentera es la de enseñar mientras el perro es feliz, y mueve el rabo esperando que le des la oportunidad de hacer el ejercicio que le pides, que al fin y al cabo nos produce a nosotros esa energía positiva que, sin duda, haría que moviéramos el rabo también si tuviéramos uno…