Es una pena, pero lo cierto es que no existe una varita mágica para entrenar a un animal. A ninguno, por muy simple que pueda parecernos. ¡Cuántas veces habríamos tirado todos de la varita para cambiar un comportamiento en nuestro perro! Y con frecuencia habríamos pagado el precio que hiciera falta para, con un agitar de varita mágica, eliminar el problema que tenemos.
modificación de conducta
El maltrato no es adiestramiento
Con frecuencia la gente confunde enseñar con aplicar técnicas coercitivas a los perros. Demasidas técnicas dañinas para el animal que podemos ver en la televisión y que por supuesto están en boca de todo el mundo cuando vamos a un parque, e incluso cuando nos topamos con gente que ni siquiera tiene perros.
Está comúnmente aceptado que a los perros hay que enseñarlos con el adiestramiento tradicional, y ante la menor duda, lo más «sensato» es que se nos escape la mano, y, si la situación lo requiere, con algo más de brío que de costumbre.
Diferencias y similitudes de educar a humanos y a perros
¿Por qué educar a un perro no es como educar a un humano? Hago esta pregunta porque con frecuencia me encuentro a personas que se disculpan de antemano al decirme que tratan a su perro como si fuera su niño y que ya saben que está mal. Al margen de juzgar si está bien o si está mal, términos muy relativos y tajantes a la vez, ¿cuáles son las diferencias?
¿Por qué orina un perro?
A veces nos vuelve un poco locos que nuestros perros tengan una necesidad exagerada de orinar… ¿por qué lo hacen? La pregunta no tiene una sola respuesta. El hecho de que un perro orine se debe a cuatro factores, fundamentalmente:
- Una necesidad fisiológica
- Miedo, excitación o ansiedad
- Marcaje
- Problema de salud
7 consejos para introducir una caseta o transportín
Si eres una de esas personas que ha querido comprar un transportín o una caseta a su perro y te has encontrado con que la reación de tu mejor amigo no es precisamente la que buscabas, no te preocupes, este artículo va a intentar ayudarte a crear el ambiente necesario para que tu perrete lo utilice y se sienta cómodo dentro.
¿Con qué podemos educar a un perro?
A veces la teoría es relativamente sencilla, pero la pregunta es: ¿cómo consigo los resultados?
Que la fuerza y la coacción funcionan en muchos casos, no cabe duda. Funcionan sobre las necesidades o deseos de la persona de que el perro haga o deje de hacer, aunque no se tenga en cuenta al perro para nada, ni sus emociones ni sus sentimientos. Y por no extenderme en esto, digamos simplemente que «funciona». Sin embargo, dejando de lado la parte más primitiva del ser humano y centrándonos en el respeto hacia ellos, encontramos también cantidad de recursos para poder trabajar con los peludos.
Las claves del éxito (III): Constancia
En artículos anteriores hablaba de la importancia de dedicar tiempo a tu perro y de de ejercitar la paciencia en el entrenamiento y finalmente, en el artículo de hoy, quiero referirme a la constancia en el trabajo que realizamos.
El refuerzo positivo
Conocemos como refuerzo al procedimiento que aumenta de posibilidades de que una conducta se repita, bajo la aplicación de un estímulo.
Podemos encontrarnos con dos tipos de refuerzos, el positivo y el negativo. Nada tienen que ver con algo bueno o algo malo, como cabría pensar por sus nombres, sino que hablamos en cualquier caso de procedimientos diferentes para aumentar, como ya he comentado antes, que la conducta que queremos en nuestros perros, se repita.
Yo condeno el maltrato animal
Condeno el maltrato animal porque su sufrimiento me perturba, me entristece y me llena de ira y rabia. Lo condeno porque no comprendo el placer que conlleva hacer daño sin sentido, ni veo en tal maldad resquicio alguno de cultura, arte o satisfacción.
Condeno el maltrato animal porque no me considero en un estatus superior a ninguna especie, simplemente diferente, y porque al interactuar con ellas lo hago desde el respeto y la admiración, dejándome llevar por el aprendizaje que puedan regalarme.
La motivación, el motor fundamental para trabajar con un perro
No son pocas las veces que los entrenadores nos encontramos con un perro con características muy especiales que sin embargo no responde a las señales de sus guías o cuidadores. Y por mucho que se empeñen, sin la motivación adecuada ese perro tan apto para el entrenamiento, no se moverá, y si lo hace, pronto perderá el interés por el trabajo y seguirá su camino lejos de los ejercicios que se le pide realizar.