La necesidad de ayudar a los animales se siente desde lo más profundo. En el afán de ayudar, el voluntario se deja la piel para mejorar el bienestar de los que esperan una nueva vida.
Sin embargo hay actitudes y acciones que pueden emborronar todo un trabajo bien intencionado, afectando al buen funcionamiento de los centros y poniendo en riesgo incluso la seguridad de las personas voluntarias y los propios animales.
¿Quieres saber si haces bien o mal tu voluntariado?