¡Hola a todos! Hoy os traemos un tema interesantísimo y del que todos deberíamos saber, aunque sea un poquito, porque nos afecta queramos o no.
Y comienzo lanzando una pregunta: ¿Quién de vosotros ha tenido una tortuga de Florida de pequeño?. Era muy común que este animal nos acompañase en nuestras casas entre 1991 y 1998.
Nos las regalaban para que las cuidásemos junto con un pequeñísimo acuario de plástico con una palmerita y con un bote de gambitas para alimentarlas. La verdad es que me asombra lo fuertes que pueden llegar a ser estos reptiles porque, aunque muchas de ellas no sobrevivían mas de unos pocos meses, otras crecían y crecían hasta aplastar con su peso la pequeña palmerita del acuario. Incluso se oía a alguien decir: “no pongas un acuario más grande porque si no crecerá mucho”…
En este punto, los padres ya estaban tan hartos de tener que cambiar el agua a la tortuga, del olor que desprendía y ¡encima mordía!, que decidían soltarla a la naturaleza. Y este momento de la historia es el punto de partida para nuestro tema de hoy: especies exóticas invasoras.
¿Qué es una especie invasora?
Una especie exótica invasora es un animal o una planta que no es propio de la zona geográfica que invade y que no solo es capaz de sobrevivir en ese ecosistema, sino también de reproducirse. De esta manera, comienza a desplazar a otras especies autóctonas de su propio hábitat contribuyendo a su desaparición.
Si nos referimos solo a animales, suelen tener unas características comunes que les hacen muy fuertes como por ejemplo, capacidad de hibernar o tener una alimentación omnívora.
La tortuga de Florida
Volviendo a nuestra amiga la tortuga de Florida, lo primero que tenemos que saber es que en realidad, el nombre común se refiere a un montón de especies diferentes: Trachemys scripta elegans, Trachemis scripta scripta, Chrysemys picta picta, Chrysemis picta belli, Chrysemys picta dorsalis o Chrysemys picta marginata.
A primera vista todas nos parecen muy similares pero si os fijáis en las fotos veréis las diferencias.
Cuando liberamos en la naturaleza a uno de estos ejemplares tienen un impacto muy negativo en nuestros ecosistemas:
- Desplazan a especies autóctonas como el galápago leproso o el galápago europeo, cuyas poblaciones están amenazadas. Lo hace porque es más grande y consigue los mejores lugares para tomar el sol (esto es vital si tu cuerpo depende de la temperatura exterior para calentarse), porque tiene una gran ventaja reproductiva al alcanzar la edad de reproducción mucho antes o porque es más agresiva y lucha para conseguir los mejores lugares en los que alimentarse.
- Estas tortugas son un autentico reservorio de salmonelosis, bacteria que trasportan en sus bocas o entre sus escamas.
- Al ser más grandes y voraces, los depredadores naturales no ejercen tanta presión sobre sus poblaciones.
La tortuga de Florida está incluida dentro de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo, pero en nuestro país existen otras muchas como por
ejemplo la cotorra de pecho gris (Myiopsitta monachus) o el mapache (Procyon lotor).
Y yo, ¿Cómo puedo proteger a nuestra fauna autóctona?
Desde Sentido Animal te damos los siguientes consejos:
- No compres especies exóticas, no son animales para tener en casa porque son salvajes y en casi ningún caso podemos cubrir sus necesidades básicas.
- Si ya te has decidido a comprarlo o ya lo tienes, infórmate bien sobre sus cuidados: alimentación, espacio, esperanza de vida, si es una animal solitario o
vive en grupo, etc. - Nunca lo sueltes en la naturaleza porque si no se adapta morirá, y si se adapta puede pasar a ser una especie invasora.
- Si ya no puedes tenerlo a tu lado, ponte en contacto con un centro de recuperación de fauna y ellos te asesoraran.
Y tú, ¿cómo has conseguido mantener a tu Tortuga de Florida?
¡Hasta la próxima!
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