Historias muy muy perras
Capítulo 1 – Conociendo a Blass
Una perra y un perro coinciden en un parque. El macho se pone muy nervioso y comienza a ladrar…
Tras el asombro de la hembra, ésta se acerca y le pregunta qué le pasa, y cuál es su historia para estar siempre tan enfadado.
Blass, que así se llama el perrete enfadado, comienza a contarle su historia, y es cuando Puki, la perra, empieza a entender sus motivos.
A pesar de que Blass ha tenido la suerte de que le compraran de una tienda una familia muy amigable, fue separado antes de las 7-8 semanas de la madre y sus hermanas y hermanos. Le llevaron muy lejos y se pasó una temporada solito, en una jaula de cristal. Sólo veía pasar gente, pero no tenía el cariño de nadie. Tampoco estaba con ninguna compañía para juegos perrunos.
Su familia le compró y le dio todo su amor, pero no sabían que debían enseñarle la calle y otros lugares para socializarle, aunque fuera en brazos, antes de que cumpliera tres meses. Por eso, su felicidad en casa y con personas, choca de frente con el miedo que tiene al exterior, donde todo le parece aterrador y peligroso. Al no haberlo conocido de pequeño, cree que el mundo le hará daño, incluso los árboles o la luna y las estrellas.
Además, como no ha visto perros en su infancia, hasta los 3 meses, cuando al comenzar la adolescencia (4 meses) sale por primera vez, los perros le parecen seres monstruosos y amenazadores.
Puki no puede evitar soltar una carcajada tras su estupor, incrédula ante lo que Blass cuenta. Pero Blass asegura que es como lo siente y lo vive. Así que Puki, le cuenta cómo ve ella el mundo real.
A Blass le encantaría poder ver el mundo tal y como Puki lo cuenta, y ella decide ayudarle a cambiar su punto de vista, dándole unos cuantos consejos. Blass sabe que no serán cambios de la noche a la mañana, y que le llevarán tiempo, pero está decidido a hacer un esfuerzo con la ayuda de Puki.
¡Están a punto de descubrir a muchos amigos y amigas en su proceso de cambio!