Se hace patente que hay una necesidad cada vez más reconocida de crear un vínculo con el perro que va más allá del simple adiestramiento. Es decir, el adiestramiento del perro se realiza con más sentido y con más solidez cuando el perro se convierte en uno de los dos pilares del entrenamiento, dejando a un lado el camino de una sola dirección. La comunicación continua entre el animal y el adiestrador, la compenetración en el momento de marcar los tiempos, la confianza mutua y el necesario entendimiento, son las piezas de un engranaje que dará la solvencia necesaria a los ejercicios para que lo aprendido permanezca y haya voluntad de aprendizaje.
Cada individuo es único, y por tanto el conocimiento previo del perro que tenemos delante para el adiestramiento es esencial para comenzar una comunicación fluida. No todos necesitan los mismos tiempos ni todos tendrán la misma capacidad de aprendizaje, pero el vínculo afectivo y emocional es un punto de partida sin el que no podemos permitirnos comenzar.
Esta conclusión me lleva igualmente a asegurar esto de los perros de guarda y defensa, los perros usados como herramientas de trabajo y sin cuyo apoyo muchas intervenciones serían un fracaso. Ellos también, más seguros de sí mismos y fuertes en todos los aspectos, deberán tener una confianza ciega en su guía o adiestrador. Su entrenamiento no sería eficaz si dejamos al margen en plano afectivo, sabiendo de antemano que no es el mismo tipo de demostración de afecto que necesita un perro de carácter más independiente a otro más sensible o inseguro. Nuevamente nos encontramos con la focalización del individuo y las necesidades propias de este.
Es sintiendo al perro como llegaremos a sacar lo máximo de él. Conociendo sus movimientos, sus señales de fatiga o duda, el estrés al que puede estar expuesto y el grado de fiabilidad del entrenamiento en distintas situaciones, podremos modelar, corregir y actuar en función de las particularidades de este. Conociéndole a él, y permitiendo que él nos conozca, es la única manera de hacer un equipo sólido y efectivo.
¡Buen entrenamiento!
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