Es bastante habitual escuchar comentarios de los asistentes a las salidas de socialización que hace Sentido Animal sobre el extraño comportamiento de su perro durante los paseos: perros que suelen ser inseguros con otros perros correteando con confianza, perros que ladran o fijan su mirada en otros canes olfateando alrededor y sin prestarles atención… «no se suele comportar así», «nunca antes he podido soltarle», «no suele permitir que otros perros se le acerquen»…
Y no hay ningún secreto para que esto ocurra, en realidad… pero sí un control continuo de las situaciones a las que enfrentamos a los perros y las personas que asisten, para que sea provechoso para todos.
Estos son los pilares principales sobre los que se sostienen las claves para que las salidas tengan tanto éxito:
Preparando un ambiente propicio
Escoger un lugar apropiado es fundamental, teniendo en cuenta las temperaturas, la necesidad de dar agua a los perros, las temporadas de orugas y otros factores de riesgo o la limpieza del lugar, así como la concurrencia de personas y otros animales. Un lugar tranquilo ayudará a los perros a sentirse cómodos.
Dejarle un tiempo para observar el lugar y al resto de participantes, introduciéndose con su sentido más desarrollado, el olfato, y conociendo a cada individuo en la distancia, les evitará sorpresas y podrán decidir desde el principio en cuáles de los canes están interesados en conocer, o si pueden considerarlos amenazantes.
Cada oveja con su pareja
Conocerse poco a poco les permitirá manejar sus tiempos, y a nosotros observar y poder aprender sobre el fascinante mundo de la comunicación canina. Ningún perro es forzado a conocerse, ningún perro es forzado a continuar acercándose si no se siente cómodo ni se les da la opción si su forma de actuar no es educada y respetuosa con los otros perros. Les enseñamos desde el inicio a respetarse, a saber tratarse.
Por parejas que van cambiando, juntamos a los perros para iniciar un contacto más directo. Si observamos algo que debe ser trabajado con mayor detalle… ¡lo trabajamos! Y hacemos que todos se sientan cómodos y confiados, sabiendo quiénes van a ser sus compañeros de paseo.
Supervisión profesional
Sería complicado (y contraproducente) hacerlo sin ningún tipo de supervisión. Dejar a los perros correr a sus anchas sin ningún control, limitaría las salidas a perros sociables y estables con una buena comunicación de ida y vuelta, y dejaría fuera a todos aquellos que necesitan de una ayuda para dar el paso que les permita interactuar amablemente y sin riesgos.
Saber cuándo cortar el juego, cómo recuperar a un perro demasiado entusiasmado, cómo y cuándo darles momentos de descanso o con qué binomios hay que estar más pendientes, es realmente la clave para que todo llegue a buen término.
Nada de esto podría hacerse sin un buen entendimiento de la comunicación entre los perretes, sin la implicación de los participantes y sin prestar atención a los estados emocionales de los perros.
Momentos desenfadados donde aprender y colaborar
Sin lugar a duda, el éxito real de estos paseos en compañía de los perros parte de las ganas de aprender y la maravillosa colaboración que se observa en las salidas entre las personas que vienen a disfrutarlas.
El buen ambiente invita a una colaboración espontánea que hace de estos momentos un lugar extraordinario para sacar el máximo partido a la salida, y es realmente gratificante ver crecer a las personas que son guías para sus perros, a tener más confianza en ellos mismos y en sus peludos, y a volver con ideas y muchas ganas de contribuir activamente en el bienestar y la educación de sus perros.
Así que no hay secretos que valgan, ni varitas mágicas ni pociones milagrosas. Las salidas salen tan bien porque la gente que las hace posibles pone todo de su parte para que los perretes estén trabajando en sus necesidades individuales, en un ambiente desenfadado y colaborativo, con posibilidad de seguir siendo perros pero guiados en el respeto y la seguridad en sí mismos.
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